Sobre reforma al régimen de regalías

El pueblo y las regalías
Sábado, 09 de Octubre de 2010 09:54
La comunidad guajira está inconforme. Y no es para menos. El Gobierno central, el mismo que pocas inversiones ha realizado en la Península, quiere llevarse las regalías para que hagan parte de un fondo de compensación, en donde "supuestamente, se repartirán con equidad". Si se trata de la misma equidad, que por años le han aplicado a las regiones más pobres del país, la cosa es seria. Porque desde el poder central, nunca se ha tenido en cuenta a la periferia colombiana.
Los andinos, acompañados de muchos caribeños, han privilegiado el desarrollo de cuatro ciudades como Bogotá, Cali, Medellín y un residuo para Barranquilla. El resto ha llevado del bulto.

De Barranquilla se han llevado sus principales empresas como Avianca, Cervecería Águila, Cerrejón, las textileras, las cuales fueron símbolos de desarrollo para la Costa Atlántica y, hoy, se encuentran registradas en la Cámara de Comercio de Bogotá.

Todo lo bueno es para el interior, las cosas malas, para la periferia. Por ejemplo, las pruebas de laboratorio de concesionar las carreteras se iniciaron con la vía Ciénaga - Barranquilla, los costeños fuimos los primeros en pagar por transitar por una vía estatal. También fuimos los primeros en privatizar la prestación de servicios públicos básicos como energía eléctrica, agua potable. Están a punto de privatizar nuestros hospitales y establecimientos educativos oficiales. Cualquier día, nos privatizan el aire.

Medellín fue la primera en contar con Metro. Bogotá fue piloto en Transmilenio, financiado por el Estado.

Lo único bueno que tenemos son las regalías y, ahora, los parlamentarios quieren quitárselas a departamentos pobres como La Guajira, Cesar, Arauca, Guaviare, Putumayo, para que Bogotá las administre, como si ellos hubiesen aprobado una maestría en honradez y ética, para administrar los recursos del Estado. Se han olvidado que a través de toda la historia, ellos han manejado tan mal al país, que pese a sus riquezas naturales, Colombia sigue ostentando los últimos lugares en calidad de vida en Suramérica.

Es lógico que la comunidad de La Guajira hoy muestre su inconformidad por las pretensiones de los parlamentarios, no solo del interior del país, sino del Atlántico y Bolívar, cuyo territorio no tiene recursos mineros que entregue regalías.

Pero la gente de la Península también muestra su rebeldía en contra de sus gobernantes, los cuales por casi 30 años, han despilfarrado los recursos del carbón y el gas. Que no han sido capaces de dotar a los municipios de agua potable. Que desvían los recursos en programas inocuos.

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