El gobierno neoliberal de santos nos despojo de las regalías


“Consumatum est”

Carlos Tobar, Diario del Huila, Neiva, junio 14 de 2011

Todo está consumado. El acto legislativo aprobado por el congreso la semana pasada que reforma el sistema de distribución de regalías, cercena de una vez y para siempre un derecho establecido en la Constitución Nacional para las regiones productoras de recursos minerales y de hidrocarburos. La compensación establecida reconocía los perjuicios que de diversa índole causan a las regiones productoras la explotación de esos recursos. Hoy se quedarán “con el pecado y sin el género”. Para el Huila y los municipios petroleros por la disminución del porcentaje de participación, como por la merma de la producción de petróleo, es un golpe duro que se sentirá con fuerza en el futuro inmediato y mediato.
Esta medida está en la misma línea de los dos actos legislativos anteriores, que han recortado las transferencias de los ingresos corrientes de la Nación a departamentos y municipios, así como, de una anterior modificación que redujo los porcentajes de las regalías que pagan las multinacionales del petróleo, según los volúmenes de producción de los pozos, reformas que han significado una disminución sustancial de los recursos territoriales. El camino recorrido a lo largo de los 20 años que llevamos bajo la nueva constitución, ha sido el de la recentralización no solo de los recursos, sino de las decisiones administrativas. Es una ofensiva sin tregua, bajo la inspiración y orientación de los organismos internacionales de crédito –tipo Banco Mundial o FMI–, que el gobierno central ha seguido de manera obediente. El objetivo exigido era recortar esos recursos de regiones y localidades, porque primero están las obligaciones con prestamistas e inversionistas extranjeros que con el pueblo. Para expresarlo de manera gráfica, primero están los intereses del capital o los montos suficientes para las exenciones tributarias a las multinacionales, que la educación, o la salud, o las carreteras, o acueductos y alcantarillados de los colombianos más pobres.
Cuando desde esta columna llamábamos la atención de la medida que se preparaba –hace ya casi un año–, advertíamos del origen de la iniciativa. Corrían los últimos días del gobierno Uribe y ya estaban sobre el tapete el recorte de las regalías, así como, la regla fiscal y la sostenibilidad fiscal, medidas orientadas a recortar recursos y a establecer mecanismos de finanzas públicas para negar derechos, como salud y educación si no hay los presupuestos para atenderlos. Claro que si se quiebra la banca los dineros para salvarla, aparecerán así toque apretar el cuello de los contribuyentes, por “razones de interés nacional”.
Enfrentar esta pelea, significaba entonces comprender la naturaleza de la misma. Identificar de manera clara los intereses en juego. Y actuar en correspondencia. Es decir movilizar al pueblo para defender lo que el gobierno nacional nos quita para dárselo a quienes todo lo tienen…y quieren más. No hay tal de que el problema fuera la corrupción, porque más corrupto que el nivel nacional, no hay. Ni repartir las regalías con el resto de regiones, las más pobres. Que no las verán porque el grueso de ellas irá a unos fondos de donde sacarlas no podrán hacerlo sino los monopolios. Se acordarán de este aserto.
Pobre el Huila y pobre Colombia. Con una clase dirigente de mala fe o de una ignorancia tan descomunal, que clama al cielo. Todo nos lo quitan, nada nos queda, porque como dice el refrán popular “todo lo del pobre es robado”.

Tomado de moir.org.co

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